Máximo respeto y gran simpatía, por qué no confesarlo, hacia Ryan Gosling y Michelle Williams que nos regalan gracias a Derek Cianfrance una historia de amor de las que merece la pena ver para no caer en el profundo y confuso pozo de las expectativas hollywoodienses típicas.
Tal vez por eso hemos tardado casi tres años en poderla disfrutar en una gran pantalla.
Agradecer mucho la banda sonora de Grizzly Bear por quienes también siento una gran simpatía. Así que no puedo decir mas que es una peli perfecta para mi.