Admito que es muy probable que me haya pillado en horas bajas esta magnífica versión, para que yo termine llorando a moco escuchando a Lana de Rey y no por vergüenza ajena como viene siendo habitual.
Admito que el Señor Luhrmann me tiene cautivada desde su "Romeo + Julieta" y me parece que destaca y mucho sobre la media.
Hay momentos realmente gloriosos y el oscar debería pasar a llamarse directamente Leo a partir de ahora.