Steven Soderbergh se cree que nos va a colar en el imaginario lésbico a esta tal Gina Carano que salvo ser una gran atleta y tener cara de burra no tiene nada más que destacar.
Esta cinta no es nada sin David Holmes quien con sus tempos engaña perfectamente al espectador haciéndole creer durante los primeros veinte minutos de metraje que está viendo una buena peli.
Desgraciadamente al minuto veintiuno te das cuenta de que no es así.
Y tantos recursos y tantos actores (actrices no sale ninguna) para esto....pues qué pena.
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