Fernando Meirelles es otro de esos directores con muy buenas intenciones pero yo no sé si será el montaje final o la dirección de grandes estrellas con las que siempre cuenta para sus historias, algo no cuaja.
Hay una falta de sinceridad intrínseca en lo que pretende contar, una frialdad que no liga con lo que se supone que quiere transmitir.
Y te quedas a la espera de encontrarla hasta que te das por vencido, claudicas y te duermes.
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