John Lee Hancock, ese director amante de la mediocridad, con esta se ha pasado.
No es que esté mal del todo, no lo está porque sale Emma Thompson aunque no es que haga mucho para lo que es ella. Y desde luego la parte de Colin Farrell, a pesar de Colin está bastante bien.
Lo que pasa es que toda la cinta en su conjunto es un despropósito. Una patochada muy grande con un patocho universal llamado Tom Hanks, quien no sólo dulcifica mucho la figura del gran dictador, sino que casi se carga una de las pocas pelis pasables que hizo el sujeto en cuestión.
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